“Yo tengo algo especial, o al menos eso es lo que quiero creer, ¿sabes por qué?, porque durante mucho tiempo creí lo contrario y las cosas me fueron mal.
En casa, el barrio, el colegio, cualquier lugar al que iba, era común escuchar: ‘eres estúpido’, ‘eres feo’, ‘por qué estás aquí si aquí nadie te quiere’, y eso, por más que no quieras, son balas que te traspasan el alma. Yo me percibía como alguien mal hecho, nacido antes de tiempo, alguien que no podía gustar a los demás, y por esto –por conocer al fondo el dolor- alguien que eligió dañar al otro antes que seguir siendo dañado: fui el chico que hacía bullying durante el colegio.
Tuve una enamorada, una chica muy linda que me miraba a los ojos cuando hablaba, y a la que por mis inseguridades alejé. Ella era de Estados Unidos de Norteamérica y yo de Perú, pero pese a nuestras diferencias culturales y de idioma –ella era fría y yo expresivo, ella hablaba casi nada de español lo mismo que yo con el inglés- ella se esforzaba por que lo nuestro funcionara. El problema era yo. En mi mente, como un gusano que iba carcomiendo mi paz, se repetía la idea que una mujer como ella no podía fijarse en alguien como yo. Yo, que según me habían dicho, nació sin brillo ni forma. Aunque la realidad era lo contrario –que ella estaba conmigo por algo que yo no veía en mí-, a diario yo forzaba la realidad para que encajara en la idea que yo mismo tenía de mí. Eso, evidentemente, nos hizo sufrir: hubieron peleas tontas –por una palabra, ¡peleábamos por el significado de una palabra! -, celos e infidelidad de mi parte. Quise sincerarme con ella y le conté todo lo que pasaba conmigo, le dije que le había sido infiel. Ella entendió, pero no me perdonó.
Yo tengo algo especial, o al menos eso es lo que quiero creer, ¿sabes por qué? Porque debo de convencerme a mí mismo que soy alguien distinto al que fui, porque al final si me repito frente al espejo todos los días que soy inteligente, hermoso, sincero, lo terminaré siendo.” (Cusco-Perú)
Comments