"Mi enamorado y yo estábamos comprando en una bodega cuando de un grupo de personas que estaban tomando se levantó un hombre mayor para acercarse a mí y decir: 'Yo sí te como, por lo sano o a la fuerza, pero sí te como'. Mi enamorado, que todo lo escuchó, que oyó decir al tipo que prácticamente me violaría, estaba a punto de lanzarse sobre él para defenderme, pero yo le dije que se calmara, porque recordé que éramos dos inmigrantes que habían dejado su país para probar en Perú mejor suerte". (Lima-Perú)
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