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  • Foto del escritorPersonas de Latinoamérica

Yo soy Ed

" ‘Mira, agarra su mochila y tírala al pasillo’, me dijo la profesora. Yo volteé, lo vi, dudé, tuve miedo, no lo quería hacer. ‘Si no lo haces, yo lo haré con la tuya’, agregó. Entonces fui - tembloroso- hacia él, agarré por el aza la maleta y con toda la fuerza que tenía la tiré por el pasillo tan pero tan lejos que mis compañeros salieron del aula para ver hasta dónde había llegado. En ese momento fui feliz, era la primera vez que me defendía de alguien.

Siempre fui muy tranquilo en la escuela, yo era de los que durante la hora de recreo prefería quedarse estudiando antes que ir a jugar fútbol. Esto me hacía ver como el rarito del salón poniéndome bajo la mirada de los chicos malos. Fue por eso que durante el básico y parte del bachillerato fui víctima de bullying. Me ponían apodos, empujaban, escondían mis cosas o las tiraban a la basura. Recuerdo que el sentimiento de inferioridad en mí era tan profundo que a mi corta edad creía que la vida no tenía valor. Me la pasaba encerrado en mi cuarto escuchando música triste y no me sentía amado. Mientras otros se emocionaban por jugar con algún juguete nuevo o ver un capítulo más de su serie favorita, yo no sentía nada, mi vida estaba llena de nada.

En ese momento no lo pensé, solo era una mochila lanzada al aire por orden de alguien más y eso era todo. Años más tarde tuve que hacer algo parecido y fue distinto. Acababa de mudarme a la capital para sacar el bachillerato y pese al cambio de ciudad las cosas amenazaban con seguir terriblemente iguales: personas burlándose de mi color de piel, de mi físico, de mis gustos, de todo lo que yo era. Una mañana, durante el recreo, un compañero de clase me empujó. Yo no quería problemas así que seguí como si nada pasara. Entonces él me tomó por la cabeza y la estrelló contra el filo de la ventana. Con la boca ensangrentada y algunos dientes rotos, todos me rodeaban esperando impacientes ver cómo yo reaccionaria. Fue entonces cuando recordé algo que había aprendido al llegar a la ciudad : 'estoy solo, si alguien viene y me mete una cachetada, nadie hará algo porque estoy solo, ¿qué es lo que yo voy a hacer?' No lo pensé dos veces: me abalancé sobre él y empezamos a agarrarnos a golpes; esa fue una de las tantas peleas que tuve que dar para hacer que me respetaran, para no volver a tener que bajar la mirada.

'Por Dios, qué cambiado estás, juro que no te reconocí', me dijo una compañera con la que estudié durante el básico y que volví a cruzar en la universidad. Para entonces yo llevaba pantalones pachucos (anchos), camisa a rayas y el corte de pelo bien a la moda, ya había hecho algunos amigos ni bien puse un pie en la facultad e incluso bromeaba con los profesores; nada que ver con el niño nítido que ella había conocido. 'Mírate, no puedes parar de hablar', agregó. Yo sonreí, la miré, por unos instantes sus palabras me hicieron sentir desnudo, sentí que hablaba de un desconocido que no era sino yo mismo. Me repuse, le dije lo contento que estaba de volver a verla y seguimos conversando.

Yo sé qué es el dolor, sé del sufrimiento del que durante su infancia y parte de la adolescencia lo hacen sentir menos que nada, sé lo que significa que se burlen de tu dignidad, tus aspiraciones, tu forma de ver el mundo, solo por ser diferente. Con todo eso en mi vida solo tuve dos opciones : vivir resentido resignándome a ser lo que ellos - con sus insultos y golpes- esperaban que sea, o hacer de mí algo distinto a partir de lo que los demás hicieron conmigo. Elegí lo segundo porque quería vivir en paz.

Es por eso quizá que en parte decidí estudiar psicología, para tener la mente en calma, pero sobre todo para ayudar al otro. Me esfuerzo por hacer bien mi trabajo, por crecer como profesional. Y no lo hago por la vanidad del reconocimiento, por la necesidad de sentirme importante luego que me hicieran creer que no valía nada. No, por eso no. Lo hago por la urgencia de ayudar a los demás, de contribuir a que la vida del otro sea menos dura de lo que a mí me tocó vivir. Ese es mi porqué, la razón por la cual hago lo que hago." (Quetzaltenango-Guatemala)


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