Viviendo un poema

“Escribo poemas desde hace siete años y desde hace cuatro los vendo en la calle. Un día normal en mi vida es levantarme por la mañana, hacer algunas cosas en la casa y hacia la tarde salir a vender. Por lo general me coloco frente a la biblioteca nacional que es donde se concentra un buen público cultural. Puedo estar horas de horas esperando a que se caiga algo, pero como en todo: hay días buenos, hay días malos, hay veces en las que no he vendido nada y todo bien, sé que es parte del proceso, mas, me conforta la idea de saber que estoy haciendo algo diferente, porque saliendo a la calle a vender no solo muestro mi autonomía comercial como autora, sino que además vivo lo que pienso: que la única razón por la que la vida merece ser vivida es haciendo aquello que nos hace sentir bien con nosotros mismo.” (Rio de Janeiro – Brasil)