"¿Trabajo estable? Eso no existe, es pura mentira, el contrato que firmaste y en el que se comprometían a respetar tus derechos laborales es ficción, pantomima, porque en cuanto las cosas se empiezan a poner feas ahí fuera, al reverso de esa hoja imprimirán tu carta de despido y no podrás hacer nada para evitarlo. ¿Y sabes por qué no podrás quejarte? Porque es un negocio, el mundo es un negocio y tú solo eres una ficha intercambiable. Eso fue precisamente lo que pasó conmigo cuando el gobierno, para mitigar el impacto económico que la cuarentena estaba dejando en la economía, autorizó a la empresa privada suspender sin goce de haberes a sus trabajadores. Si en la noche yo me iba a dormir con la seguridad que cuando todo esto termine al menos tendría un trabajo con qué soportarme, a la mañana siguiente estaba angustiado porque no tendría ni siquiera para pagarme la renta. Me esforcé para llegar hasta donde estaba, juro por Dios que me esforcé, sacrifiqué mi propia felicidad para tener algo estable, dejé de pasar tiempo con mi abuela -que el año pasado murió- para construir mi futuro, di lo mejor de mí, y pese a eso, estoy en la calle. ¿Trabajo estable?, ¿sabes qué es lo único estable?, lo inestable, que nada nos pertenece, pero nos gusta pensar que no es así porque no tenemos estómago para vivir con esa idea." (Lima-Perú)
*Foto referencial tomada de Pixabay
