“Me gustan mucho los papeles dramáticos, me gusta mucho la intensidad…el otro día me tocó interpretar el papel de una esquizofrénica y la gente quedó llorando. Yo lloraba también porque el momento en el que actuaba me metí tanto en el personaje que hasta llegué a escuchar voces dentro de mi cabeza. Y la gente se sacaba foto conmigo, fue mi segundo de gloria, me sentí muy gratificada, nunca pensé que por tan solo un buen papel actuado iba a tener tanto impacto. Al día siguiente no trabajé, me quedé todo el día echada en cama porque la función de la noche anterior fue un desgaste de energía muy fuerte. A pesar de mi edad no me permito no soñar, trabajo como taxista para ganarme la vida pero mi vida es el teatro, siempre voy a mis clases para perfeccionar mi técnica y algún día -¿por qué no?- vivir de mi arte” (Carola-Coquimbo)
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