“Tengo un blog de viajes con más de veinte mil seguidores y te puedo decir que hoy en día muchos blogs de mi tipo te venden más una idea que la realidad. Tú vez la foto con el paisaje perfecto en Instagram, pero detrás de eso hay un equipo que lo mantiene todo a raya, que se esfuerza por mostrarte que todo en los viajes es perfección, cuando en realidad no es así. Por ejemplo, en mi caso, sucedió que estaba de viaje con mi novia y por imprudencia nuestra casi nos ahogamos en un río. También durante un tiempo me preocupaba tanto por la calidad del material que compartía que empecé a dejar de sentir ese sabor a libertad que te da el salir de casa. Hoy por hoy, la obligación de tener que estar prácticamente todo el día pegado al celular compartiendo mi experiencia, le da cierta sensación de plasticidad a mi recorrido, cuando se supone que este debe ser algo íntimo. Y no puedes hacer nada, es decir, simplemente no puedes decidir desconectarte porque si quieres vivir de esto, es así, siempre debes estar ‘en línea’. La suma de todo eso (pensar los lugares, producir videos, historias, fotos y demás) en un viaje a un destino que no conozco es muy difícil, es mucho trabajo que termina por desgastarme y preguntarme: ‘¿Para qué hago todo esto?, yo no tengo un sueldo mensual, por esto no recibo nada, más es lo que gasto que lo que gano, ¿por qué estoy haciendo todo esto?’ Y la respuesta siempre es la misma: esto me gusta, podría estar haciendo videos para centros comerciales ganando mucha plata, pero no es tan chévere como lo que estoy haciendo, que es tratar de mostrar a las personas que viajar es diferente a irte de vacaciones, no tiene porqué ser si quiera súper bonito o cómodo, porque el viaje es como tu vida: con momentos buenos y no tan buenos.” (Cajamarca-Perú)
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