"Yo sentía muchas veces que quería lastimarla, quería golpearla. Me imaginaba escenarios yendo a su casa para pegarle. Yo quería que la despidiesen, hasta me hubiese gustado que se muriera. Yo tengo conflictos con el ejercicio arbitrario del poder, y el trato de ella hacia mí era totalmente arbitrario. Era de las personas que utilizan el poder de su autoridad para ordenar que se hagan las cosas. Y eso me hacía sentir muy cabreada, muy frustrada, porque si voy a hacer algo quiero saber la razón por la que lo hago. Por ejemplo, yo no podía presentar de forma creativa mis trabajos sino que tenía que cumplir normas muy estrictas. Era estúpido porque si no entendías bien la clase y le pedías que te explicase ella te mandaba a revisar el sílabo y nada más. Me molestaba mucho que todo sea muy lineal, muy cuadrado. Me molestaba mucho que no me permitieran expresarme, con todas sus reglas surgidas más del azahar que de la razón, no podía manifestar lo que sentía. Me sentía muy impotente, habían días en los que gritaba en mi cuarto, sola, o lloraba porque me causaba mucho...me estremece todavía. Hasta ahora trato de entender. Por qué todo esto, por qué todavía tanta furia contenida sí ya pasó, por qué. No entiendo bien algunas veces." (San Pedro de Atacama - Chile)
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