“Tengo sesenta y cuatro años, me casé, tuve mi propio negocio, he viajado por casi todo el mundo y creo que tengo algo que decir sobre la vida: vivir es tratar de aprender lo máximo posible, disfrutar y ayudar a los demás. Aprender a conocerte a ti mismo, a entender cómo trabaja tu mente y de qué manera puedes encajarla en el mundo y no al revés. Eso lo vez en la India, uno de los lugares más pobres del planeta, pero a la vez muy rico espiritualmente. Podríamos pensar que por la situación ahí las personas la pasan mal, pero por la experiencia que he tenido puedo decirte que no es del todo así, que los indios no se han preocupado por ser como se supone que sean: miserables a causa de la pobreza. Al contrario, tienen una vida interior muy rica, feliz, solidaria, algo que no se ve en Europa ni América Latina, lugares en los que también he estado. No es que romantice la pobreza, a lo que me refiero es que en la India han entendido que pueden estar conformes con poco. Eso -estar conforme con lo que tienes- te lleva a disfrutar de lo que tienes. Cuando a los veintiséis años volví de Alemania a Uruguay, tuve en claro algo: generar dinero para gozar la vida. Pero gozar no acumulando bienes materiales -que dan cierto estatus, placer y confort, pero efímeros-, sino llenándome de experiencias que enriquezcan mi mundo interior. Viajé a México para vivir la ‘experiencia’ mexicana, me quedé un par de años ahí y me di cuenta que no había sido como lo imaginé: idealicé las cosas, pero un baño de realidad fue suficiente para hacerme volver a casa, pero lo hice estando más segura de lo que quería. ¿Qué quería? Parte de lo que quería era ayudar a los demás. Cuando hace siete años me retiré de los negocios tuve la oportunidad de ayudar en un campo de refugiados en Grecia. Es entonces cuando descubrí que ayudar a una persona te ensancha los límites del alma, porque al recibir el agradecimiento del otro sientes ese no sé qué producto de ayudar a hacer un poquito más feliz una vida, y eso es hermoso. Aprender, disfrutar y ayudar a los demás, no lo olvides.” (Montevideo-Uruguay)
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