“Lo que me molesta es la doble moral que hay en esta sociedad, el doble estándar que tenemos para medir las cosas. Aquí en Cuzco, por ejemplo, si los municipales ven a un turista que tiene apariencia de tener plata, no lo molestan, puede hacer lo que quiera y no lo molestan. Le dan las buenas tardes y hasta le sonríen. En cambio, si ven a uno que no tiene mucho dinero –un mochilero, por ejemplo-, lo joden, lo persiguen, lo hostigan hasta el punto de que quiera irse. Hace un rato un grupo de muchachos jugaba a la pelota aquí frente a la plaza. Estaban tranquilos, no molestaban a nadie, tenían un buen rato jugando a la pelota con un niño que te apuesto ni siquiera sus padres juegan con él. Pero ni bien vieron a los municipales tuvieron que salir casi corriendo para que no los molesten. Si te pones a pensar, acciones como esa muestran lo que realmente somos: una sociedad hipócrita. Dignidad, libertad, igualdad son palabras que todo el mundo repite y se desgastan porque nadie cree en ellas, porque a nadie le interesa, porque mientras tengas televisión por cable, agua caliente y acceso a internet, pueden patearte en el estómago y no dirás nada.” (Cuzco-Perú)
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