“Recuerdo que esa noche salí a buscar a Papá Noel. A nosotros nos encerraron en la pieza de atrás y cuando salí los regalos ya estaban ahí. ‘¿Y Papá Noel’, pregunté. ‘¡Se fue corriendo recién!’, me respondieron, así que salí corriendo re emocionado pero no lo encontré. Esa magia por saber quién era Papá Noel, esos tipos de recuerdos, son lo que los adultos debemos recordar, porque son esas memorias las que nos permiten mantener viva la fantasía que todos necesitamos para vivir el día a día. Ahora ya no busco a Papá Noel porque sé que él habita en mí.” Rosario-Argentina
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