“Los mayores problemas son la soledad y la falta de afecto. La mayoría de personas se sienten en el fondo solas porque durante lo largo de su vida han decidido no escucharse, porque sienten que siendo como realmente son, nadie las querrá. Entonces reprimen ese sentimiento –la soledad- porque la sociedad lo ha catalogado como un signo de debilidad, vulnerabilidad, y mostrarse vulnerable en este mundo, está mal. Todo esto lleva a un malestar profundo en las personas, no están conformes, y es entonces cuando pierden el norte: drogas, consumismo o cualquier otra cosa que te haga olvidar tu real existencia. Lo que hace el ‘San Pedro’ es cambiar eso, te ayuda a encontrar el camino, tu camino. A analizarte y decir: ‘Ya basta, no quiero vivir así, quiero ser así, quiero ser libre’. Esto sirve para entendernos, para aprender a conocernos. Entender para qué estamos aquí, esa es una función del ‘San Pedro’. Es cierto que es un alucinógeno, porque distorsiona tus sentidos. Pero es en esa apertura del ser donde, con la guía correcta, puedes comprender muchas cosas que no lo haces en el plano consciente. Mi función como chamán es guiar a los que están en un viaje durante ‘San Pedro’. Lo que hago es hablarles, o mejor dicho, los espíritus hablan a través de mí, porque yo solo soy una herramienta. El mensaje que siempre recomiendan los espíritus es aprender a amarse uno mismo, escucharse, respetar nuestros propios tiempos, porque todas las respuestas a las preguntas que tenemos siempre están dentro de nosotros mismos.” (Cusco-Perú)
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