"Soy Daniela, soy hija de empleada - mal llamada domestica-, salteña, travesti, algo de actriz, algunas veces militante, otras laburante del Estado, vecina y muchas cosas más. En mi color de piel está la historia de mis ancestros y ancestras, que llevo con orgullo. En mi identidad travesti está la fuerza que me enseñó a resistir para sobrevivir. La visibilidad para mí, no fue una opción. Nunca voy a olvidar cuando salí por primera vez aquí en esta ciudad de Buenos Aires vestida como Daniela. Era de día, la gente me miraba mucho, había algo en mí que me decía: 'No importa lo que digan'. Tomé por primera vez un colectivo con mucho temor. Recuerdo que me había puesto una boina que me prestó una amiga, tenía el pelo corto, un jeen negro ajustado y unos zapatos tacos medio alto, un corpiño armado con algodón y una remerita ajustada. Cuando me senté en ese colectivo, me latía el corazón, sudaban mis manos y bajaba la cabeza. Pero por dentro estaba feliz, sentía mi libertad, y mi vida tomaba forma en esta sociedad. Cuando bajé me decidí a usar la ropa que me hacia sentir cómoda, atrás quedó la ropa de hombre y dejé de mirar el pasado del ocultamiento y la vergüenza. Luché , como lucharon muchas de mis compañeras antes de la ley de Identidad de género, luché por que me traten bien, luché por que me llamen por mi nombre, luché por existir, lucho para sobrevivir. Eso representa para mí la visibilidad, luchar aunque el juicio y las risas sean una posibilidad. Hoy estoy agradecida de todas las trans travas y los varones trans que también lucharon por lo mismo, la lucha no fue individual sino colectiva. ¡Orgullosamente Travesti!" (Buenos Aires - Argentina)
