“Algunas veces la felicidad es casualidad pura y no nos damos cuenta. Y tal vez está bien que así sea, porque nos permite darle un significado especial a las cosas, a apreciar la magia que hay en ellas. Aquella tarde, después de aplazar nuestra cita una semana, iba a salir con alguien que conocí por internet, y Luis también. Me puse el conjunto que me gustaba y vez en la foto pero no utilizaba porque mi ex enamorado decía que me quedaba mal. Luis, a esa hora, en otra parte de la ciudad, se colocaba su chompa con capucha y se preparaba para salir. Como no teníamos dinero suficiente, mi cita y yo quedamos en ir por un té con burbujas y caminar por la ciudad. Luis tenía planes parecidos. Paseando por el parque me sentí aburrida al lado de mi cita porque me di cuenta que no teníamos cosas en común. Escribí a mis amigos para que me llamaran y así tener una excusa con la cual irme, pero nunca lo hicieron. Mientras imaginaba una forma de cómo escapar del lugar, Luis deambulaba por el mismo parque en el que mi cita y yo estábamos porque la persona con la que él iba a salir lo había plantado. Como a mi cita y a mí nos gustaba el arte, nos detuvimos en una exposición de cuadros que se realizaba cerca de nosotros, y Luis también lo hizo. Parada frente a una pintura, me percaté que una sombra larga, muy larga, estaba al lado mío. Asumí que era alguien que quería mirar al cuadro y no podía porque yo le interrumpía la vista. Me moví a un lado y la sombra lo hizo conmigo. ‘Disculpa, ¿ese conjunto es de Omocat?’, me preguntó la sombra. Y así fue como Luis y yo nos conocimos. Si solo algo hubiera sido distinto aquella tarde, si mi cita y yo no hubiéramos aplazado nuestra salida una semana antes, si no me hubiera puesto el conjunto por el cual Luis me habló, si en lugar de ir por el té con burbujas hubiera tenido dinero para ir al cine, o si no me hubiera gustado el arte y por esto pasado de largo cuando vi la exposición, o si la cita de Luis no lo hubiera plantado, él y yo habríamos pasado de largo sin nunca conocernos. Pero felizmente no fue así, y conocí a Luis, y somos felices.” (Lima-Perú)
