“Tengo miedo a no encontrar lo que realmente quiero en esta vida. En París yo trabajaba en una biblioteca y no me gustaba. Sentada todo el día detrás de un computador, rodeada de libros y silencio, me sentía como un libro que nadie leía. Tenía a mi familia, amigos, conocía la ciudad muy bien. En líneas generales, me gustaba mi vida, pero no me apasionaba. Quería nuevas experiencias que estimulen mis emociones. A mitad del año pasado compré un boleto de avión, sin retorno, para Chile. Estuve en Santiago unas semanas. Conocí nuevos lugares e hice muchos amigos. Pero sentí otra vez el malestar cuando me di cuenta que todo volvía a ser como cuando estaba en París. Entonces me moví al desierto, a San Pedro, me quedé dos días en un hostel y otros tres acampé en medio de la nada porque quería vivir la experiencia de lo que significa estar casi sin nada. Viajar, escribir, leer, es algo que me interesa mucho. Antes no lo hice porque siempre pensaba que tenía que tener una vida normal. Encontrar un trabajo, tener un departamento, bla, bla, bla. Pero de hecho, eso no me interesa. Esa versión del mundo, no me interesa. Esa es una idea difícil de aceptar porque si voy en mi camino, voy a cortar muchas cosas del pasado. Y me da miedo cortar las cosas del pasado porque es como matar a cierta parte de mí, de lo que he hecho, de las preguntas que me trajeron hasta aquí.” (San Pedro de Atacama – Chile)
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