“Yo siempre admiré a mi padre porque él predicaba con el ejemplo, porque más allá de lo que él dijera acerca de cómo una persona debería de llevar su vida, él lo demostraba con sus actos. Papá siempre era el primero en levantarse y el último en dormir, se iba muy temprano al trabajo y volvía a casa cuando ya todos descansábamos. Nosotros no somos una familia rica, mas nunca papá dejó que faltase algo en casa. ‘Sacrificio y disciplina –él me decía-, para tener éxito en la vida hay que hacer sacrificios y tener disciplina’, y ese consejo me ayudó mucho en la vida, porque cuando a los catorce años supe que quería dedicar mi vida a la pelea, esas dos palabras me sirvieron de apoyo para, primero, enfrentarme a él –papá ni mamá estaban de acuerdo con que yo me dedicase a pelear-, y después, conseguir los títulos mundiales que conseguí. Cuando papá habla conmigo me dice que se siente muy orgulloso y eso me hace feliz. Yo soy el único de mis hermanos que no cuenta con estudios superiores, y recuerdo que una vez, cuando yo estaba en casa terminando de hablar con una amiga en inglés, mi padre se acercó a mí, me tocó el hombro y dijo: ‘Tú eres el único que no tiene estudios pero habla inglés’, eso fue muy bueno, me sentí muy bien. Amo mucho a mi padre, él es como un Dios para mí.” (São Paulo-Brasil)
Comments